La no-monofilia de Corydoras, tal y como se entendía entonces el género, ya se propuso en un análisis de filogenia morfológica de Reis (1998). En este estudio también se concluyó que probablemente los caracteres osteológicos por sí solos no eran capaces de resolver las relaciones de los miembros de Corydoradinae (es decir, los calíctidos más emparentados con Corydoras que con Aspidoras y Scleromystax). Es interesante que una filogenia morfológica (Britto, 2003) ya proponía que había que sinonimizar Corydoras y Brochis, ya que si no Corydoras sería un taxón parafilético (es decir, que incluye al ancestro común pero no a todos los descendientes, para que os hagáis una idea es como si consideras Dinosauria a todos los dinosaurios menos las aves...). No es lo mismo la filogenia que la taxonomía, pero los criterios taxonómicos deben incluir las relaciones filogenéticas de los organismos, es decir, los taxones han de estar basados en clados o grupos monofiléticos. Ésta es la razón por la que se considera que ambos géneros deben ser sinónimos, que Brochis aparece relacionado con algunas especies de Corydoras, rompiendo así la monofilia de Corydoras.
Y en éstas llegamos al trabajo de Alexandrou (2011) en el que se publica una filogenia molecular que incluía marcadores nucleares y mitocondriales. Esta filogenia identifica nueve linajes mayores dentro de Corydoradinae, y lo que nos interesa es el linaje 8, que incluye a las Brochis junto a especies de Corydoras como C. haraldshultzi, soportando así plenamente la hipótesis de que Corydoras y Brochis deben ser sinónimos. Así que, mientras no se publiquen resultados que contradigan esto, todas las especies de Brochis deberían ser consideradas como pertenecientes al género Corydoras.
Las filogenias cladísticas morfológicas eran de tipo de máxima parsimonia. La de Alexandrou (2011) es una filogenia Bayesiana, que es una búsqueda de tipo probabilístico. Si queréis que os explique las diferencias decídmelo, please.
Os dejo la figura del árbol de Alexandrou et al (2011).
