

La viuda negra, se ha convertido en una experta en atacar las puestas de otros cíclidos cuando las larvas están recién eclosionadas: espera a que los huevos eclosionen y cuando las larvas están todas juntas en un hoyo, se lanza como una exhalación y devora a la gran mayoría. Los padres poco pueden hacer, salvo controlar sus movimientos antes de que efectúe el ataque.
Los T.maculipinnis le han cogido especial manía (con razón) y le plantan cara aunque no estén criando.